domingo, 6 de septiembre de 2015

Un libro por un kilo de pan



“El libro es una conspiración por la libertad” es el título que eligió el editor de Imprenta Rescate, Leandro Jacobo, para su obra que intercambió por una bolsa de pan, en el marco de la segunda Edición de Asalto Editorial, donde editores independientes se hicieron presentes en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires para presentar su producción literaria contemporánea, el pasado sábado 29 de agosto.
     El encuentro comenzó a las tres de la tarde del sábado. Leandro llegó al salón con un puñado de libros bajo el brazo, que acomodó hábilmente en una mesa preparada para la ocasión, mientras los invitados, a pesar de que estaba prohibido ingresar con mochilas, se acercaban con bolsos llenos de pan. La sala llamativamente blanca, estaba decorada con pancartas fabricadas artesanalmente, con dibujos pintados de colores llamativos.  Impuntuales, como suelen ser los jóvenes, de a poco llegaron y se acomodaron en sus asientos.
      A las 15:15 de la tarde, el editor comenzó su discurso, que prometía ser más que interesante, ya que se trataba de un tema que nos interesa a todos los lectores: el precio del libro.. Mientras el anfitrión del encuentro recorría con tranquilidad el pequeño espacio libre detrás de una mesa en la que se exhibían libros producidos por él, recalcó la importancia de la emancipación del lector a la hora de elegir qué leer y explicó cómo surgió la idea de realizar libros e intercambiarlos por un alimento: “pienso lo voy a hacer, 100 libros que hablen de libros muy sintéticamente”. De esta manera recordó a Boris Spivacow, que fue un gran editor argentino, gerente general de Eudeba, que tenía esa idea de que un libro valiera lo mismo que un kilo de pan. Esta iniciativa se logró en Argentina  en el año 1964 pero  fue modificada por la presidencia de Ongania. ¿Se imaginan comprar un libro por sólo $25?

     “Poner un kilo de pan al mismo valor que un libro es decir que el ser humano además de alimentarse materialmente, decidió alimentarse espiritualmente, estas y otras ideas fueron destruidas por los procesos militares en América” explicó Jacobo a una audiencia más que atenta y en silencio.
Más tarde, al finalizar el encuentro, el hombre enfatizó sobre el lugar de editor independiente y agregó: “independientes por ejemplo, de Random House, Book y todo el choclo de grupos económicos que imprimen libros, porque tienen pasta y al mismo tiempo venden armas”. Estos  grupos editoriales que nombró venden muchos libros en nuestro país y en el resto de América, y están destinados a los jóvenes que los hacen exitosos. En su mayoría son de autores estadounidenses.
     Luego de los aplausos y saludos al editor, cada persona pudo intercambiar un libro por un kilo de pan. Al preguntarle sobre cómo vive él la competencia con las demás editoriales, el hombre respondió: “No creo en la competencia porque me parece que juntos somos mucho más que separados, por eso yo trabajo con absoluta libertad y trabajo con autores que como diría Capusotto no solo piensen en conseguir minitas o chabones.”
     Los encuentros, que fueron realizados los días 28, 29 y 30 en el museo, contaron con muchos invitados que se acercaron a las charlas, talleres de encuadernación y lecturas de textos.

Opinión

Creo que en nuestro país hacen falta políticas que ayuden a los lectores con pocos recursos económicos. Si bien, como expresa este editor independiente, creo que nosotros también tenemos la culpa de que los precios se vayan por los aires, porque a pesar de todo vamos y los pagamos.
Muchas veces no nos ponemos a reflexionar ¿Por qué un libro cuesta tanto dinero? Si les preguntara a ustedes quizás algunas de las respuestas más frecuentes serían porque cuestan hacerlos, porque hay mucho trabajo de cada escritor, editor. Por la calidad de impresión, por la tapa, por la textura, etc. Sin embargo creo que lo más importante de un libro es su contenido y no su envase. Seguro existen cientos de formas de hacerlos de forma más baratas, como lo hacen estas editoriales independientes, donde una, que se llama Eloísa cartonera, hace las tapas de los libros con cartón.
Esta reflexión no es para que dejemos de leer libros o compremos menos. Por desgracia la ley de la oferta y la demanda va a hacer que cuantos más libros se vendan, más caros estén pero esto no significa que nos alejemos de la lectura ni mucho menos. Esta reflexión es para que nos pongamos a pensar que además de esas editoriales importantes como Océano, Book o Alfaguara (que son los que recuerdo como más conocidos) existen otras, que trabajan de otra manera y apuestan porque el día de mañana volvamos a comprar un libro al mismo precio que un kilo de pan.

6 comentarios:

  1. Me gusta mucho esa filosofìa que igual la necesidad de alimento fìsico como intelectual. Me parece muy oportuna en estas èpocas donde los gobiernos necesitan gente ignorante e inculta para abusar de nosotros.

    YO he empezado a comprar libros de segunda mano y me va bien con ellos. Trato de leer pdf pero por supuesto, reconozco que habràn miles de personas que no tienen estas mismas facilidades.

    Las bibliotecas pùblicas son una buena opciòn gratuita, la màs lògica tambièn, mas en mi paìs las tienen muy descuidadas. Aspì que concuerdo contigo 100% en que el Estado debe crear mejores planes y leyes de manera que puedan abastecerlas de todo lo necesario.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por comentar, la verdad es genial que existan iniciativas de esta indole, besotes

      Eliminar
  2. Sin duda es algo que invita a pensar y reflexionar. Me gustó mucho su forma de pensar. ¡Saludos!

    ResponderEliminar